La Torre de Hércules es, ahora, más universal, si cabe. La UNESCO reunida en Sevilla, ha otorgado la mayor distinción que podría obtener un monumento. Desde hoy, el legendario faro es Patrimonio de la Humanidad. Ha sido un camino largo y dificil pero con el mejor de los finales posibles.
El faro más antiguo del mundo continúa alumbrando a los barcos que cruzan el mar cantábrico, en la costa coruñesa, y así lo ha hecho desde el siglo I d.C, ininterrumpidamente. Su construcción está ligada a la leyenda. Se dice que está situada justo, donde antaño, pudo ubicarse la mitológica Torre de Breogán. De hecho, Brigantium fue Coruña en tiempos romanos.
Leyendas celtas que cobran fuerza en los alrededores del faro, ya que cerca de ahí, se sitúan una serie de menhires realizados en la actualidad, que son igualmente visitados por los turistas que se acercan hasta el Parque Torre de Hércules, paraje de impresionante belleza, rodeado de esculturas, del que dicen, puede divisarse las costas irlandesas en tiempos de bonanza climatológica.
No está de más recordar que la Torre de Hércules, se puede visitar por dentro, algo que la hace igualmente peculiar puesto que no son muchos los monumentos de este tipo que lo permiten, y, si consigue subir los más de doscientos escalones, la panorámica desde arriba es espectacular. Una impresionante rosa de los vientos, a los pies del faro, llama igualmente la atención.
Y en las ‘profundidades’ del edificio, parte de las excavaciones romanas que se han ido realizando, y que corroboran su antiguedad. El año pasado fue hermanada con la Estatua de la Libertad, en Nueva York.
Felicidades a los coruñeses y a todos, porque todos disfrutamos de este magnífico legado. Esperamos que el Camino Intercontinental, Ruta del mercurio, obtenga esta misma distinción, en una próxima ocasión.
Vía|20 minutos
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