El Premio Nobel de Literatura, el escritor Nadjib Mahfuz, fue uno de sus más asiduos clientes. ‘El Fishawi’ representa la esencia de El Cairo. La cafetería más famosa es punto de encuentro casi obligado. Es como una radiografía ‘concentrada’ del pulso diario de la ciudad. Y lo lleva haciendo desde hace más de doscientos años.
El cartel de ‘abierto’ nunca se ha quitado de la puerta principal. Se dice que desde 1,773, el establecimiento abre ininterrumpidamente. Si esto es cierto, ‘El Fishawi’ ha sido testigo indirecto, de excepción, de la historia contemporánea. Mientras los lugareños fumaban la tradicional ‘sisha‘, en Francia tenía lugar la Revolución Francesa, se declaraban dos guerras mundiales y se ponía fin a la era de la Unión Soviética.
Infatigable, ‘El Fishawi’ ha permanecido casi como cuando se puso en marcha. Ricos, pobres, lugareños y turistas comparten una misma actividad: la de tomar un café y, sobre todo, contemplar el ‘ir y venir’ del resto de la gente. Vendedores ambulantes, hombres leyendo el periódico o dejándose lustrar los zapatos, familias celebrado algún cumpleaños, y extranjeros con caras de despistados.
El ‘café de los espejos’ como también se denomina, se encuentra en un lugar intrincado del bazar de Khan El-Kalili, del que dicen que es el segundo en importancia detrás del Gran Bazar de Estambul. Calles angostas y estrechas comunican con el establecimiento que, conserva un halo de novela decimononónica, lleno de misterio y misticismo.
Si da con él, no se prive, y refresque su garganta con un buen té a la menta, pruebe la pipa de agua y hágase la foto, como está mandado.