Fotografía: Pictr 30D
La primera de las ciudades que traemos a estas líneas, rememora un hecho histórico espeluznante. Más de seiscientas personas fueron asesinadas en Oradour- sur- Glane, una pacífica localidad de algo más de 1.000 habitantes que sucumbió al terror de las SS de Hitler.
Un día fatídico: 10 de junio de 1944. Tropas al mando de Adolf Diekmann tomaron el pueblo y practicaron una masacre. Eran los días posteriores al desembarco de Normandía del ejército aliado, (ahora se cumple su 65 aniversario), y hombres, mujeres y niños padecieron de lleno las represalias del ejército alemán. La villa, en la región de Lemosín, quedó tal y como la imagen: edificios y vehículos calcinados, y dolor, mucho dolor y sufrimiento. El centro de la Memoria de Oradour- sur- Glane, es visitado al año por unas 300.000 personas de todo el mundo.
Fotografía: Katherine of chicago
Toneladas de ropa se amontonan en una fábrica de Gary (Indiana,Estados Unidos). Desde los años sesenta, con la caída de la producción del acero, la ciudad entró en una decadencia absoluta y la marginación y la delincuencia campearon a sus anchas. Hace algunos años que la patria de Michael Jackson intenta salir del bache.
Fotografía: neil banas
Regresemos a Europa. En la isla noruega de Spitsbergen, en el círculo polar ártico, se sitúa Pyramiden, localidad minera explotada por los rusos que la abandonaron a finales de los noventa. Esta tierra fue muy codiciada por países como Rusia o Suecia que intentaron ‘hacerse ricos’ a costa de oradar en el subsuelo. Pyramiden funcionó como una pequeña ciudad, de modelo soviético, con edificios, escuela y restaurantes,con todas las comodidades y autosuficiente. Lamentablemente, no tuvo un final feliz.
Y no quiero dejar en el ‘tintero’ aunque hayan sido medianamente ‘olvidadas’, otras muchas: Wittenoon (Australia), Agdam (Arzebaijan), Kowloon Walled City (Hong Kong), Deception Island (Islas Shetland), Klomino (Polonia), Kadykchan (Rusia)…
Y termino con este interesante y revelador documento gráfico de la ‘decadencia’ de Detroit, tal y como lo demonina su autor. No ha sido abandonada pero ha sufrido un éxodo de población muy llamativo.
Vía|Weburbanist