Fotografía: filmmaker in japan
¡Qué curioso!, en Japón hace poco que han abierto al público, una isla que permanece deshabitada desde los años setenta. Hashima fue ocupada por obreros que trabajaban en la industria del carbón y que fueron traídos hasta la isla por Mitsubishi. Hoy en día es una isla habitada sólo…¿por fantasmas?
El floreciente negocio del carbón no pudo resistir a la agresiva competencia de las petroleras que, finalmente, durante los setenta, arrasaron, trayendo por añadidura, el desempleo para la mano de obra que había dependido de la explotación minera submarina. Fue así como Hashima entró en la leyenda.
Fotografía: filmmaker in japan
También denominada ‘Gunkanjima’, (su silueta asemeja un barco de guerra), por aquel entonces contaba con la mayor densidad de población de Japón (más de cinco mil personas se apretujaban en sólo un kilómetro cuadrado que es lo que mide esta isla), quedó sumida en un profundo silencio, cuando en 1974, sus habitantes, familias de obreros, se vieron obligados a abandonarla acuciados por la necesidad de encontrar un nuevo trabajo después de que la firma japonesa ‘les cerrara el grifo’, si bien una parte pudo ser recolocado en otras islas niponas.
La isla, habitada desde finales del siglo XIX, tan sólo a 19 kilómetros de Nagasaki, prefectura integrada por otras 500 islas e islotes, fue todo un descubrimiento para la multinacional japonesa que se percató de los beneficios que traería la explotación del interior de la isla. Para ahorrar costes, supongo, construyó toda una ciudad (video), llena de edificios, comercios y escuela, y rodeada por un muro de hormigón con la finalidad de protegerla de los tifones.
Hace un mes, y aquí viene lo novedoso, las autoridades del pais dejan entrar a turistas. Sólo a una parte de la isla, porque el peligro de derrumbe sigue siendo importante, pero lo suficiente para comprobar ‘in situ’ qué fue y qué queda de aquella ciudad fantasma.
Vía|UnGatoNipón
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