Cada vez es más opinión generalizada que las compañías aéreas cobran por casi todo. Pero lo que pocos saben es que, según denuncia FACUA (Federación de Consumidores en Acción), algunos de estos costes ya vendrían incluídos en el precio del billete, por lo que usted estaría pagando de más, sobre todo cuando les obligan a llamar a las famosas y temidas líneas 807.
Y es que las reclamaciones sobre cualquier asunto relacionado con el billete o el vuelo, o consultas, se pagan caro. La Federación de Consumidores insiste en que esas llamadas al 807 reportan a las compañías aéreas pingües beneficios extra. Una práctica bastante generalizada que ha provocado un importante número de quejas de usuarios de estos servicios.
Esta obligación no es tal puesto que, considera FACUA, estos precios ya van incluídos legalmente en el precio del billete. Se trataría por tanto de ‘cláusulas abusivas’ hacia los usuarios ya que por cada llamada telelefónica para cancelar un vuelo o realizar una consulta, las compañías ingresarían de 0,41 euros a 1,51 euros, dependiendo de la aerolínea y si lo hace desde un fijo o un móvil.
En esa ‘lista negra’, estarían incluídas las principales compañías de vuelo nacionales: Iberia, Spanair, Air Europe, y las de bajo coste: Easyjet, Ryanair y Vueling, o sea, prácticamente las ‘major’ de esta industria.
FACUA advierte y aconseja a los consumidores que denuncien estas prácticas generalizadas puesto que se estaría incurriendo en una vulneración de la Ley General de defensa de los derechos de Consumidores y Usuarios.
Y sobre irregularidades, aún queda algo más. Resulta que, también hace unos días, nos enteramos que la UE ha ‘castigado ‘ a un buen paquete de las aerolíneas que operan en Europa por vulnerar en sus web la normativa de protección al consumidor. De la ‘quema’ se salvan muy pocas, entre ellas Iberia y Spanair.
Al parecer, las irregularidades se refieren a que el precio publicitado en la web no es el precio final y esconde las tasas, las ofertas publicitadas no están realmente disponibles y pueden comprarse, y se obliga al usuario a comprar productos que no desea.
Vía|Europa Press
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