Es en el mar que Cabo Verde puede jactarse de una de sus principales riquezas: una fauna marina rica gracias a la existencia de plataformas submarinas, a la pureza y la temperatura del agua que oscila entre 21° y los 25°.
El fondo que roza estas islas es rico en fauna y flora marina, talmente tanto que Costeau, uno de los más grandes exploradores subácueos, las considera como el jardín paradisíaco de las costas africanas mojadas por el Atlántico. Por eso Boa Vista y sus hermanas son un paraíso para los amantes del diving.
Los puntos para las inmersiones son realmente muchos, sobre todo en la isla de Sal: hay fantásticas secas en medio del mar que remontan del fondo marino de 300 metros hasta a pocos metros de la superficie, paredes increíbles que descienden hasta a 60/70 metros, grutas y túneles volcánicos con penetraciones también de algunas centenas de metros y hasta un fascinador barco hundido: el Resto de San Antao, una embarcación de tipo comercial, fracturada en tres troncos y habitada por numerosas manadas de peces, dónde son frecuentes los encuentros con grandes pastinacas.
Otro punto perfecto para las inmersiones es Cavala, una fantástica pared que empieza en un peldaño de 28 metros hasta un fondo de 65. También aquí es posible hacer increíbles encuentros, como aquel con el pez pelágico, los tiburones toro y los martillo.
La de las “3 Grotes”, en cambio, es una inmersión al alcance de todos: fondo de 20 metros con una pared y tres espléndidas grutas penetrables desde dónde asoman la cabeza langostas, cigarras del Mediterráneo, tortugas y cada tipo de pez tropical. La Burracona, en cambio, es una gruta volcánica sobresale desde el interior de la tierra, con un entorno único y juegos de luz paradisíaca.
Para los que aman el surf, una etapa obligada es Josh Angulo que, gracias a las impresionantes condiciones del viento y de las olas, es un paraíso para los apasionados de este deporte. Aquí, sin embargo, se pueden alquilar tablas de vela, wave, funboard, surf y kitesurf.
Para la pesca, una vez más lo ideal es la isla de Sal, que ofrece particulares condiciones climáticas y una conformación geológica que hace que a pocas millas de la costa se alcancen velozmente los tres mil metros. En la isla hay playas blancas muy grandes con empinados arrecifes volcánicos.
Guía de viaje | Cabo Verde