A lo mejor el título les parece algo chocante, por lo de ‘troglodita’. Entiéndase, el calificativo me ha parecido divertido, aunque, en absoluto define a este maravilloso pueblo gaditano, situado cerca de la serranía de Ronda. Sólo que, su configuración, casi incrustado en una montaña, es impactante.
La entramada disposición de las viviendas, algunas literalmente enclavadas, a diferencia de construcciones semitrogloditas conocidas en otras localizaciones andaluzas, no se excava en la roca sino que se cierra la pared y se edifica. Por eso este tipo de viviendas se ha llamado ”abrigo bajo rocas’, puesto que los vecinos aprovecharon el tajo creado en la roca por el río para disponer allí sus casas.
En dirección a Ronda, otra ciudad con historia, ésta perteneciente a la provincia de Málaga, se encuentra esta bella población dispuesta de forma paralela al curso del río Guadalporcún, y a varias alturas, lo que le confiere una peculiar fisonomía. Es en la parte baja donde se construyeron estas casas, aunque Setenil guarda además otros ‘tesoros’ arquitectónicos de gran valor.
Los restos del castillo que preside el pueblo en el altozano: el torreón y las murallas, la Iglesia Mayor y la antigua casa consistorial con su rico artesonado mudéjar, son monumentos de importancia que debe explorar si decide visitarla.
Precisamente, en Semana Santa, el pueblo ofrece además de sus magníficos paisajes, la oportunidad de conocer una fiesta que ha sido declarada de Interés Turístico Nacional, sobre todo si presencia la denominada ‘guerra de las bandas’, una rivalidad entre las hermandades de los ‘blancos’ y ‘negros’ durante siglos. Las procesiones en jueves y viernes santo constituyen casi una ‘heroicidad’ teniendo en cuenta la dificultad para llevar los pasos por lo complejo de la arquitectura urbana.
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