Hay sitios como los Países Bajos, que históricamente saben aprovechar la energía eólica y desde hace mucho tiempo la han transformado en uno de los recursos básicos, llegando incluso a recuperar viejos materiales para hacer jugar a los niños.
El Wikado Playground es un ejemplo y aunque su creación remonta a 2007, vale la pena explicar los conceptos fundamentales que incorpora este proyecto sostenible.
Esta es una acción de renovación de un parque de aproximadamente 1.200 metros cuadrados que se encuentra en Róterdam, realizada por 2012Architecten.nl: este estudio de arquitectura ha tomado cinco turbinas de viento inutilizadas para crear diversos elementos en el parque de recreo, por supuesto teniendo cuenta de la seguridad de los niños.
Es así que en el parque han construido cuatro torres, una serie de rampas y puentes y un laberinto, todo realizado con las varias partes y secciones de las turbinas, tratadas y coloreadas. Incluso las mesas y los bancos se construyeron a partir de material de desecho, proporcionando un resultado final tan sorprendente como agradable.
Así que la tradición holandesa de los molinos de viento continúa… de una manera o de otra…
Vía | inhabitat.com
Guía de viaje | Rotterdam