En la mayoría de ocasiones, el turista cuando llega al lugar de destino, se limita a visitar los monumentos más interesantes y como mucho, disfrutar de la buena mesa y las costumbres del pais, aunque de forma muy superficial. Siempre queda la sensación de que, a pesar de los días, incluso semanas, que hayas podido disfrutar, no ha sido suficiente. Para aquellos que buscan otro tipo de experiencias, existen portales de viajes en Internet que te lo ponen más facil.
Una de estas experiencias que no se olvidan nunca, más que una buena foto en la atracción turística más visitada, es sin duda, el contacto con la gente con la que viajas, y sobre todo, el contacto con la población nativa. En viajesresponsables. com, existe una oferta amplísima sobre viajes alternativos, en donde, además de abogar por un turismo sostenible, en lugares, algunos de ellos, remotos, te brindan la oportunidad de conocer más de cerca a sus gentes.
En este caso, me he decantado por sugerirles, viajar a Tailandia y convivir con una de las comunidades en Andaman, al sur del país. Según he leído en el programa previsto, el alojamiento, en pequeñas aldeas, durante seis noches, incluye experiencias que tienen toda la pinta de convertirse en inolvidables. Como por ejemplo, un recorrido por los manglares tailandeses (conjunto natural de árboles que componen un ecosistema extraordinario de diversidad biológica seriamente amenazados por la acción del hombre) con lo que el tour posee una finalidad de concienciación ecológica muy interesante.
Pero también podrá participar en los quehaceres cotidianos de la aldea: practicar en talleres con los escolares, fabricar jabón (fundamental para la subsistencia de la comunidad), senderismo, rutas en kayak o visitar la isla de Tung Nang Dam, en definitiva intercambiar experiencias, siempre enriquecedoras.
Y lo más importante: el 20% del precio del viaje se destina a proyectos locales: reforestación, formación escolar…