Como bien sabe el lector, Mérida es una de las más importantes ciudades del imperio romano. Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más Influyentes de la época romana. Alguno de los historiadores del imperio romano la cataloga como el noveno lugar entre las ciudades más destacadas de Roma, incluso por delante de Atenas.
La ciudad fue fundada en el año 25 a.C. con el nombre de Emerita Agusta. Este nombre proviene en primer lugar del término emeritus, que significaba en latín “retirado” y se refería a los soldados jubilados con honor. Y en segundo lugar del nombre de su fundador, Octavio Augusto. Mérida fue, durante el imperio romano, una ciudad eminentemente cultural y prueba de ello son los edificios y construcciones de la época que han llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación.
En primer lugar hay que destacar el Teatro romano que se construye entre los años 16 y 15 a.C. Fue construido parcialmente en la ladera de un cerro, lo que sirvió, sin duda, para abaratar sustancialmente la acometida de la obra. Se creó con capacidad para unas 6 mil personas que se dividían en tres sectores de gradas. Es un lugar realmente mágico que nos invita a sentarnos en silencio durante un momento y en el que nos resulta realmente fácil imaginar el tipo de representaciones teatrales que allí se llevaban a cabo.
A escasos metros del Teatro encontramos el Anfiteatro, el cual, fue erigido en el año 8 a.C. Y el cual servía de escenario para muy diversos espectáculos populares. Entre estos espectáculos cabe destacar los juegos de gladiadores, las cacerías de fieras y la lucha entre animales salvajes en escenarios artificiales que recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos, todo ello sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena. La cabida aproximada de este coso gigantesco era de entre 15 y 16 mil espectadores.
Debemos también mencionar al viajero, otros lugares que tuvieron también una gran importancia durante el imperio como por ejemplo el Circo romano con sus más de 400 metros de longitud y 100 metros de anchura era el mayor de los edificios de espectáculos de la ciudad. Tenía un aforo de unos 30.000 espectadores distribuidos en un graderío con la ya clásica división en cáveas marcada por las diferentes procedencias sociales de sus ocupantes.
La visita al Museo Nacional De Arte Romano es también una cita ineludible para los visitantes de Mérida. A través de sus salas comprenderemos cómo funcionaba una gran ciudad romana y cómo desde ésta se administraba una vasta provincia, la más occidental del Imperio Romano. También visitar este museo nos permite acercarnos a los más variados aspectos de la vida diaria de los primeros emeritenses.