Este hermoso y misterioso castillo se sitúa a sólo ocho kilómetros de la ciudad de Cork, una de las más importantes del pais. Enclavado en la campiña irlandesa, Blarney es una de las construcciones más genuinas de arquitectura medieval. Connotaciones célticas nos hablan de un pasado cargado de leyendas y simbología.
Nada más llegar, impresiona la singular edificación que posee. Un cuerpo central y una torre separada pero a la vez unida mediante pasadizos secretos forman parte de su atractivo junto a la famosa piedra Blarney.
Y es aquí donde encontramos la primera de las leyendas que rodean al castillo. Se dice que quien besa la piedra, para lo que hay que ser un buen contorsionista (tal es la dificultad para acceder a ella), es bendecido con el don de la elocuencia. Al parecer, el término ‘Blarney’ fue acuñado por la Reina Isabel en referencia a Lord Blarney, quién la adulaba a base de halagos.
De los pasadizos secretos subterráneos, se asegura que fueron construídos para escapar de los enemigos y que las tropas de Cromwell que saquearon la fortaleza, la utilizaron para huir con el oro. Aunque su sorpresa fue, que en el Castillo sólo quedaban dos criados ancianos.
Otras leyendas no escapan a la mitología celta. Las ‘escaleras de los deseos’ (Wishing steps), 29 peldaños que hay que subir y bajar con los ojos cerrados para que se cumpla el deseo, el Círculo de los Druidas o el Claro de las Hadas, forman parte de la visita turística a los jardines exteriores. Y un conjunto de dólmenes denominado ‘The Rock Close’, que parecen estar en suspensión por arte de magia.
Vía| Living Viajes
Más info| Castillo de Blarney