Bolivia es un país que además de su altura, se caracteriza por su clima templado. Sin embargo, es importante mencionar que las temperaturas pueden variar drásticamente entre el día y la noche por lo que se recomienda tomar las precauciones necesarias antes de empacar las maletas.
El período más húmedo en Bolivia sucede entre los meses de noviembre y marzo. En el peor de los casos este tipo de climas puede provocar deslizamientos de la tierra en zonas montañosas y provocar que ciertas carreteras se vuelvan intransitables.
Asimismo, las laderas de los Andes son más de un ambiente semi-tropical. Mientras tanto, los visitantes que llegan hasta la altura de La Paz estarán propensos a sentirse incómodos por el aire enrarecido que las zonas montañosas generan al comienzo. Por las noches, el frío puede realmente abrumador.
Ante una situación tan incierta, lo más recomendable es llevar en la maleta algunos tejidos ligeros y naturales. Tampoco puede faltar la ropa de abrigo, sobre todo si pasaremos la noche en el Altiplano, especialmente en La Paz, Oruro y Potosí.
Por otro lado, geográficamente Bolivia es un país que se encuentra muy de cerca con Perú (al noroeste), Brasil (en el norte y este), Paraguay (al sureste), Argentina (hacia el sur) y Chile (al oeste). En total, hay tres áreas principales: una meseta alta conocida como el ‘altiplano’ que es una región menos fértil a 4.000 sobre el nivel del mar. La segunda zona es un valle situado a 8.850 pies de altura y menos poblada quela anterior (aunque es una de las regiones más productivas).
Finalmente la tercera área comprende las tierras bajas tropicales que se extienden hasta las fronteras con Brasil, Argentina y Paraguay, donde el clima tropical y las lluvias torrenciales fomentan la exuberante vegetación y productos exóticos.