El artífice de la Gran Muralla, la conocida como ‘serpiente de piedra’, que se extiende hasta el desierto de Gobi, un colosal muro construído como defensa contra los nómadas, fue proyectado por el ingenio del emperador Qin Shihuang, el artífice de la unión entre los distintos reinos chinos, continuada luego por otras dinastías. El ilimitado poder de Shiguang se comprueba también cerca de la ciudad de Xian, donde siete mil soldados, aún hoy, permanecen apostados estoicamente junto a su panteón.
Esta incondicional pleitesía no tiene parangón en el mundo. El ejército de guerreros de terracota, a 40 kilómetros de Xian, al sur de Beijing, la capital china, no puede ser más impactante. El enorme yacimiento, descubierto en 1974 por un grupo de campesinos cuando realizaban prospecciones de agua con la que aliviar la sequía de aquellos años, representa uno de los hallazgos más importantes del siglo XX.
Dispuestos a lo largo de tres fosas, aunque solo una puede ser visitada por el público, los soldados están realizados a tamaño natural (1,80 metros de altura)y lo más sorprendente, es que no hay uno igual a otro. Todos presentan expresiones faciales distintas lo que indicaría el origen de cada uno de ellos y el rango que ocupaban en el ejército debido a las vestimentas que lucen. Curiosamente, aunque portaban todos sus armas correspondientes, éstas les fueron robadas debido a los saqueos continuos que sufrió el conjunto escultórico, posterior al periodo Qing, según los historiadores.
Desde 1979, el yacimiento está abierto al público, y recibe miles de visitas a lo largo del año, más aún desde que fue declarado Patrimonio Universal por la UNESCO. Aunque, si ya de por sí es imprescindible, si viaja a Xian, contemplar este enorme mausoleo, no lo es menos, descubrir algunas otros atractivos que ofrece la ciudad.
Por ejemplo, desde los trolebús que recorren el centro urbano, la línea 101 realiza un itinerario desde los enclaves más representativos. Puede visitar el Museo de la Ruta de la Seda, la gran pagoda del ganso salvaje, la mezquita y, sobre todo, desplazarse por la gran muralla que rodea la urbe.
Vía| historiarte.net
Más info| El Pais