Fotografía: Esther e Israel
Esta representación hallada en una cueva del municipio almeriense de Vélez- Blanco, es el símbolo por antonomasia de la ciudad. Tal ha sido su importancia que, no hay pueblo o calle que no cuente con uno de estos ‘indalos’, al que se le atribuyen poderes mágicos…
En 1868, Antonio Góngora y Martínez descubriría la Cueva de los Letreros donde se halló esta pintura rupestre del Neolítico o Edad de Bronce. La cueva en cuestión situada en la falda del Maimón fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El dibujo incrustado en una de las rocas ha sido objeto de numerosas interpretaciones.
Fotografía: Andyrob
La teoría más creíble es que la figura representara a un guerrero sujetando un arco y apuntando hacia un ave que vuela sobre él, sin embargo, ha dado pie a todo tipo de comentarios, sobre todo desde que Jesús de Perceval, artista, discípulo de Eugenio d´Ors, viera en él, algo más que una simple escena de caza en tiempos prehistóricos. Según la teoría noucentista, el hombre de las cavernas sostendría un arco iris, en un pacto hecho con los dioses para evitar futuros diluvios y preservar la buena suerte.
Fotografái: Iker Merodio
Lo cierto es que el Indalo, palabra que podría tener su origen en la lengua de los íberos: ‘indal eccius’ (mensajero de los dioses) o bien en homenaje al patrón de Almería, San Indalecio, ha adquirido tal fama en el mundo entero que son muchos los que visitan la ciudad para ver de cerca esta figura totémica que, también se ha encontrado en otros yacimientos arqueológicos, no solo de España, sino incluso en Egipto.
Vía|Wikipedia