No se necesita necesariamente de muchos días para poder visitar Las Vegas y pasarlo de la mejor manera. De hecho, con un puente de 48 horas cada visitante podrá hacer una fugaz pero a su vez intensiva visita hacia una de las ciudades más atractivas del mundo. Todo lo necesario para no perder nada de tiempo y, por el contrario, renovarse plenamente.
El primer día puede comenzarse en la parte noreste de The Strip, en el Wynn. Allí, las tienda de alto diseño desarrolladas a lo lardo del Esplanade suelen ser una maravillosa recomendación. Un buen almuerzo con postre incluido en algún buffet de la zona serán una más que buena bienvenida.
Llegada la tarde, la actividad presenta grandes variedades. Una de ellas puede ser el traslado hacia la dirección sur, dirigiéndose hacia el Venetian, donde puede navegarse en góndola por los canales y así atravesar el Grand Canal Shoppes. Pero si en cambio se desea cruzar con las máximas figuras públicas a nivel mundial, el sitio a visitar debe ser el Madame Tussaud’s. Si aún cuenta con tiempo puede dirigirse al y apreciar las réplicas del Empire State Building y de la Estatua de la Libertad, como así también trasladarse hasta el Liberace Museum y empalagarse con su colección de coches e impresionante vestuario todavía vigentes.
Por la noche, llega el momento más esperado en Las Vegas. Como antesala al clásico recorrido del The Strip, puede dirigirse a estupendos restaurantes como Le Cirque, de menú francés o el Michael Mina, con su tradicional pastel de langosta.
Si desea una alternativa más tranquila todavía, puede llegar hasta el Downtown y remontarse a la época de Frank Sinatra y el Rat Pack, o bien puede distenderse caminando por la flamante calle peatonal de la Fremont Street Experience.
Guía de viajes | Las Vegas