Fotografía: mudmucks
Fez, ciudad milenaria, ha sido ‘tocada por la varita’ de la UNESCO. Esta antigua medina, declarada patrimonio de la humanidad, conmemoraba el pasado año, 1.200 años de vida. Una vida intensa, amasada por callejuelas en las que, a diario, transitan cientos de personas y que confluyen en lugares tan concurridos como su mercado, lugar a donde nos dirigimos. ¿Nos acompañan?
Fez, primera ciudad musulmana fundada por Marruecos, fue lugar de acogida de poblaciones de todo el mundo: moriscos españoles, bereberes, judíos… dando forma a la multiculturalidad que impera desde hace siglos. El mercado de Fez, se sitúa en el centro de la zona antigua de Fez (Fez el-bali).
Fotografía: Karl O´Brien
Junto a las famosas alfombras, los objetos de cerámica azul y blanco y las típicas babuchas de cuero, el mercado reúne los más variopintos artilugios artesanos elaborados a simple vista y en directo por curtidores, ceramistas, tapiceros y peleteros. Lo más recomendable es avanzar por Talaa Kebira, la calle más importante de la parte antigua, hasta la mezquita de Al-Qarawiyin, y regresar por Talaa Sgira.
Fotografía: Khowaga 1
Nada más entrar en esta calle, aparecerá la madrasa Bou Inania, la más importante de todo Fez, recinto que, comenzó a funcionar durante el siglo XVI para albergar uno de los centros de estudio y preparación más importantes de todo el pais.
Continuando por la zona antigua de la Medina, hallamos el zoco de henna, planta que es utilizada por las mujeres para pintarse manos y pies en ocasiones especiales. Junto a la mezquita Attarine, la más bella de la ciudad, otro zoco, éste dedicado a las especias. Interminables sensaciones para el olfato y la vista, atrapan irresistiblemente, como esta cabeza de camello, lista para ¿ser comida?.
Si no se ha perdido (le recomendamos, por lo intricado de sus calles, visitar Fez acompañado de un guía preparado, o a lo sumo, de un buen plano de la ciudad), podría concluir este paseo por la parte antigua de Fez con una visita por el Mauselo de Mulay Idriss (uno de los más venerados por los musulmanes) y a la plaza Nejjarine, donde degustar un té a la menta o con hierbabuena.
Vía|El corresponsal
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