Fotografía: Wikipedia
Tras haber visto los mejores destinos para 2011, veamos el mejor destino en absoluto para 2011 elegido por el National Geographic. Se trata de Ulan Bator, la capital y mayor ciudad de Mongolia, con una población superior al millón de habitantes, centro cultural, financiero e industrial del país.
Ulan Bator se sitúa en un valle, al norte del país, que es cruzado por un río. La ciudad fue fundada en 1639 como centro de monasterios budistas, de hecho abunda de estos, aunque muchos fueron destruidos por orden de Khorloogiin Choibalsan; citamos el Choijin Lama (uno de los más antiguos, terminado de construir en 1908 y convertido en museo en 1942) y el Gandan (del siglo XIX, con la famosa estatua de oro de Migjid Janraisig que mide 26,5 metros).
Estatua de Buda más grande de Asia, Fotografía: Wikipedia
La ciudad era considerada santa por los Mongoles, en cuanto residencia del Buda Viviente, de hecho aquí encontramos la estatua de Buda más grande de Asia, una estatua pedestre que mide casi 25 metros de altura.
Otros monumentos y edificios interesantes por ver son el Palacio de Invierno de Bogd Khan (hoy museo del último monarca en cuyo complejo encontramos seis templos), y el edificio del Parlamento mongol, con su magnífica estatua de Gengis Kan, en la centralísima plaza Sukhbaatar, donde encontramos la estatua ecuestre de Damdin Sukhbaatar (lugar donde orinó el 8 de julio de 1921 el caballo de Sukhbaatar durante una reunión del Ejército Rojo y por eso de buen augurio).
No puede faltar tampoco una visita al Museo Nacional de Historia de Mongolia, con exposiciones del Imperio mongol desde la prehistoria hasta la actualidad, o un paseo por el Narantuul, el grande mercado al aire libre de la ciudad, con más de 2.500 vendedores.
Mientras si visitan Ulan Bator en julio, sepan que desde el 11 al 13 de julio el país festeja el Naadam, una celebración cultural donde los jóvenes dan prueba de su coraje y destreza a través de varias pruebas de lucha, tiro con el arco y competiciones con el caballo, todo enmarcado por una atmósfera de danza y trajes tradicionales.
Vía | National Geographic