En esta península, situada al norte de Edimburgo, la capital de Escocia, nos toparemos con la zona costera del Reino de Fife, lugar paradisiaco para la práctica del golf, pero también cargado de historia…
Durnfermline (de nombre impronunciable), fue la capital de los Estuardo, dinastía británica donde las haya, y de la realeza escocesa en la Edad Media. En su abadía, descansan los restos de once reyes y reinas escocesas. Muy cerca se encuentra St.Andrews, la ciudad más antigua y más famosa del país. Alberga una conocidad universidad, la tercera más antigua del Reino Unido, y un castillo del Siglo XII.
Es volver al Medievo y pasear por las calles empredadas, las verdes veredas donde se respira historia y leyendas, y todo ello acompañado por un paisaje costero de gran belleza, con playas con bandera azul, y en donde, durante el verano se celebran festivales de castillos de arena y de recolección de conchas.
Recorrer la costa de Fife y sus acantilados es algo que deja huella. Pueblos de pescadores (los mejores fish and chips del Reino Unido), y paseos llenos de aventura: cuevas, paseos en barco, visitar la vecina isla de May, y si se decide por visitar el interior: praderas y zonas mineras, completan este emocionante recorrido.
Luego, otros tantos aspectos que no hay que descuidar: el Molino de Sal de St. Monans, o la cuna de Robinson Crusoe, en Lower Largo, y por supuesto una de las cunas del Golf, donde celebrar el Open Británico.
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