Todo aquel que suele viajar en avión durante la hora de la comida o de la cena ya lo sabe que se queda con hambre. No porque en los aviones no sirvan nada de comer, sino porque lo que te sirven en esas bandejitas, además de ser muy mini, no sabe a nada. Muchas veces uno se encuentra delante ciertas cosas que más que comida parecen un cuadro de Picasso, otros echan a adivinar que se cela detrás de ese aspecto tan misterioso (pero sin ganar ningún premio) y no consideremos si alguien es vegetariano o tiene algún problema de salud por lo que no puede comer cualquier cosa que se le presente delante.
Y lo que suele pasar a menudo es que la comida que te presentan, que sea carne, pescado o lo que sea, no sabe a nada, tiene siempre el mismo sabor y no te enteras de lo que te estás comiendo. A muchos quizás les venga un susto y hasta ahora todos hemos dado la culpa a las compañías de aviones, pero la verdad es que ellos no tienen mucha culpa.
Por un lado la comida está preparada con grande adelanto y la conservan en el frigo, y eso ya le quita mucho sabor y genuinidad. Por el otro ha debido llegar la Universidad de Mánchester con un estudio para explicar porqué la comida en los aviones está tan mala. Y es que “el ruido distrae al cerebro de lo que tienes en el plato”, esta es la respuesta que han dado para desvelar el enigma: el sabor de la comida servida “entre las nubes” no depende del cocinero, o por lo menos no completamente, depende más del ruido que hay en el avión que condiciona la percepción del gusto.
Bueno, así que si quieren gustarse el sabor de la comida en el avión es mejor que se lleven unos buenos auriculares para insonorizar la situación.