Vacaciones en hotel Viva Cala Mesquida Resort

11 octubre, 2010
Playa Cala Mesquida desde Hotel Viva Cala Mesquida Resort

Playa Cala Mesquida

Hace algún tiempo nos contactó Bloguzz ofreciéndonos una estancia de 4 noches para 2 personas con todo incluido en un resort en Mallorca, a cambio de un artículo de opinión sobre el hotel. El hotel en cuestión pertenece a la cadena Viva Hotels y se llama Viva Cala Mesquida Resort. La fortuna quiso que fuera yo el elegido que viajara hasta las Islas Baleares para disfrutar del paquete.

Tras cumplimentar la correspondiente burocracia, el hotel contactó conmigo y el mismo día recibí un e-mail con la reserva, cuyo desglose rezaba entre otros, lo siguiente: Apartamento Premium Deluxe, All Inclusive Elite. La cosa prometía. Era la oportunidad de pasar mis vacaciones en Mallorca, nada más y nada menos que en un resort de 4 estrellas, y como era ya mediados de septiembre y yo estaba aún sin mis vacaciones de verano, me lancé a por ello. La localización del sitio: Cala Mesquida, al este de la isla, muy cercano a Capdepera.

Uno no es muy amigo del turismo prefabricado y del rollo guiri en general, pero tampoco puedes hablar con todo el criterio de algo que no has probado nunca, sobre todo si es gratis, así que con esa idea en la cabeza partí con mi pareja hacia Mallorca, intrigados por lo que allí nos encontraríamos, convencidos de que lo que seguro que habría era turistas alemanes.

Tras un agradable vuelo con Air Berlin en el que nos invitaron a galletitas y agua (hoy en día en un trayecto de 30 minutos eso dice mucho de una aerolínea, no como Ryanair otros) llegamos al aeropuerto de Palma de Mallorca. Carretera y manta en coche de alquiler, es la forma más barata y rápida de llegar a Cala Mesquida y poder moverse por la zona.

La isla se recorre de punta a punta en una hora y media más o menos, nosotros llegamos en dos porque salimos del aeropuerto en dirección contraria gracias a mi exceso de confianza en las nuevas tecnologías, en concreto en el GPS y el Google Maps de mi móvil, que sin cobertura (Yoigo) no sirven de nada. Avisados estáis.

El trayecto hasta el hotel, eso sí, nos gustó mucho porque nunca habíamos estado en Mallorca y nos sorprendió muy gratamente el paisaje, más verde de lo que esperábamos. Una vez en a Capdepera, Cala Mesquida está bien indicada y se llega fácil por un camino rural, pero asfaltado, que desemboca en lo que es una pequeña urbanización costera con varios hoteles de la misma cadena que el que nos ocupa.

Piscina y chiringuito Hotel Viva Cala Mesquida Resort

Piscina, chiringuito y cafetería al fondo.

El hotel está construido sobre el acantilado y comunica directamente con la playa, lo cual le proporciona unas vistas realmente espectaculares. Si el día está más o menos claro se puede ver Menorca desde la costa y por la noche puede verse su faro en la lejanía. Teniendo esto en España la verdad es que no se por qué la gente viaja a la costa del Caribe estando Mallorca “al lado de casa”. La verdad es que uno entiende a los turistas alemanes (que eran la inmensa mayoría de los huéspedes) cuando se decantan por Mallorca para sus vacaciones.

El complejo da la sensación de ser relativamente nuevo y estar bien cuidado, está estructurado en varios bloques de apartamentos de diferentes alturas según la zona en la que se encuentra cada uno, y supongo que de esto dependerá también la tarifa. La zona al aire libre del complejo consta de dos piscinas con chiringuito incluido, cafetería, varios restaurantes y diversas zonas de ocio: mini-golf, billares, pin-pon, y posiblemente alguno más que no llegaríamos a ver.

El parque de agua del hotel, lástima que sea para niños.

El parque de agua del hotel, lástima que sea para niños.

Quiero destacar un pequeño parque de agua con un pedazo de barco pirata que hacía las delicias de los críos, y que causaba envidia de no ser un niño para poder disfrutarlo. También recomiendo encarecidamente tomar algo en el restaurante italiano que está al borde del acantilado y ofrece unas vistas de postal. El entorno resulta agradable entre otras cosas porque no falta vegetación de todo tipo (palmeras, arbustos, olivos, etc.), con sus correspondientes bichos.

Las vistas desde el apartamento.

Las vistas desde el apartamento.

Sobre el alojamiento en si, el apartamento tenía un salón con sofá y televisión; una pequeña cocina con una nevera pequeñita, fregadero y dos fogones (que  no usamos ya que veníamos con el All Inclusive); la habitación con su cuarto de baño con bañera y una pequeña terraza de césped que nos quitó el hipo cuando la vimos. No por la terraza en si (bueno, también porque tenía jacuzzi), sino por las vistas que tenía a la playa con un acantilado de fondo.

Aunque el apartamento no es muy grande (le calculo unos 60 m2) la terraza con el acceso directo a la playa te da sensación de auténtico lujo. Como única pega, las terrazas están separadas entre si con las de los apartamentos contiguos por apenas tres arbustos que dejan entrever lo que pasa en la del vecino, lo cual no deja mucho para la intimidad.

La terraza preparada para la noche ¡cocktail time!

La terraza preparada para la noche ¡cocktail time!

Un punto fuerte de estos sitios a los que uno va a que se lo den todo hecho, es la comida. Si bien los horarios eran totalmente europeos (me refiero de los Pirineos hacia arriba), porque ningún españolito que se precie concibe que el horario de comida acabe a las 14.15 y la cena a las 21.15. Si uno no llegaba a la comida (como nos pasó a nosotros al llegar al hotel) podía comer en la cafetería en plan tapeo. De todas formas, y con el fantástico buffet libre que posee el restaurante principal, uno se habitúa rápidamente al horario.

Se ofrecen varias cenas temáticas a la semana (oriental, marisco, etc.) que nos dejaron, nunca mejor dicho, muy buen sabor de boca. También entraba dentro del paquete una cena italiana o mexicana, a elegir en uno de los restaurantes de dichas nacionalidades. Nosotros nos decantamos por la mexicana, y salimos también satisfechos.

En cuanto al personal, cabe decir que estaba compuesto en su mayoría por españoles, en especial los camareros, y que todos fueron muy correctos y amables. Merece especial mención el personal de animación que se encargaba de “amenizar” las veladas con espectáculos para niños y adultos en 4 idiomas diferentes, algo que, en mi opinión, hace muy difícil dar ritmo a cualquier show. En ocasiones la cosa llegaba a dar algo de vergüenza ajena cuando, al final, invitaban por exigencias del guión a los espectadores a subir al escenario a bailar y todos optábamos por irnos a casita; o la noche que nos deleitaron con un espectáculo de flamenco “confusión” mezclando, hip-hop, reguetón, organillo y demás lindezas, muy bonito para el guiri de turno pero lamentable para nosotros.

En conclusión, el hotel Viva Cala Mesquida Resort nos dejó buenas sensaciones y resultó ideal para unas vacaciones de desconexión, que era lo que buscábamos. Si bien está más orientado al turismo centro europeo que al patrio, no deja de ser un lugar agradable en un marco incomparable para pasar unas vacaciones en pareja o en familia. Recomiendo dar una vuelta por la zona y visitar el pueblo medieval de Artà, Capdepera o Cala Ratjada.

Sitio oficial | Viva Cala Mesquida Resort