El Museo de Bellas Artes de Sevilla es el más importante de la comunidad Andaluza y el segundo más importante de España, haciendo referencia a los autores de pintura españoles.
Fue instituido en septiembre del año 1835, pero fue inaugurado oficialmente en 1841. Está ubicado en la Plaza del Museo, presidida por una escultura dedicada a Bartolomé Esteban Murillo. En el museo se encuentran pinturas que son raíces de la época del barroco en Sevilla.
El edificio fue construido en primera instancia para ser un convento, en la época del Rey Fernando III, quien cedió el espacio tras la reconquista de la tierra.
En el siglo XVII, sufrió modificaciones y a partir de 1603 se comenzó a edificar la estructura que hoy vemos, después de derrumbar el convento. La obra fue terminada en 1612, pero no concluyó su construcción hasta que pasaron 50 años.
Las obras que dieron comienzo a la colección que hoy se exhibe en el museo procedían de conventos y montasterios desamortizados por el gobierno de Mendizábal. A partir del siglo XX, comenzó a crecer en variedad gracias a las donaciones de autores como Rafael González Abreu, José Gestoso y Pérez y Andrés Parladé. A partir de 1970 se normalizó el contenido para dejarlo en igualdad de condiciones que el resto de los museos nacionales.
En estos últimos años, la colección ha crecido gracias a las adquisiciones públicas de la Administración Andaluza y las donaciones que han efectuado descendientes de artistas de los principios del siglo XX. Gracias a todo lo antes contado, el Museo de Bellas Artes de Sevilla es considerado como la segunda pinacoteca más importante de España, detrás del Museo del Prado de Madrid.
Entre sus obras más importantes, se destaca la Colección de Pintura Sevillana del siglo XVII, donde se destacan obras de autores como Murillo, Velásquez y Zurbarán, entre otros.
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