Holanda es territorio de mixturas. En dicho país se pueden encontrar personas de todo tipo de razas, grupos étnicos, nacionalidades, y en sí es una tierra donde se entremezclan lo meramente occidental muy arraigado a la vida capitalista y lo exótico. Es esta conjunción lo que hace a esta nación tan particular y atrayente para las masas de turistas que se acercan a recorrerla año tras año.
Una de las ciudades holandesas más bonitas es Leiden, que cuenta con una de las ofertas históricas, arquitectónicas y culturales más amplias del continente europeo. Además, posee muchísimos sitios de interés que sorprenden, como es el caso del edificio perteneciente al Ayuntamiento de la ciudad.
Dicho establecimiento cuenta con una fachada de estilo renacentista muy amplia que data del siglo XVI y que la dota de una belleza prácticamente inigualable. A pesar de ser una construcción muy antigua se ha mantenido en perfectas condiciones aunque ha sufrido distintos incidentes con el correr de años.
Por ejemplo, una de las últimas fatalidades que soportó fue un incendio en 1929, aunque se pudo restaurar parte de la obra original que había resultado dañada. Sin embargo, más allá de la fachada el resto tuvo que rehacerse desde cero debido a la inclemencia de las llamas.
En la actualidad se nota la mano más contemporánea en las líneas del edificio, lo que la dota de una belleza muy rara, ya que se conjugan el frente renacentista con el formato edilicio más moderno, aunque intentando emular lo que fuera originalmente el Ayuntamiento de Leiden.
La verdad que esta ciudad holandesa merece una visita para recorrer todos sus fascinantes rincones y para conocer un poco acerca de la fantástica historia de la misma, que tuvo altibajos con el paso de los siglos, mezclando épocas de prosperidad con otras de malaria y pobreza. No dudes en llegar hasta esta metrópoli, porque no te arrepentirás y te llevarás un más que grato recuerdo.
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