Fotografía: Sue Elias
En este litoral del extremo sur de Portugal las aguas son más cálidas y serenas. Y su excelente clima es proclive a la distensión. Las urbanizaciones, los hoteles y los resorts de lujo, se suceden por toda la costa, alternándose con encantadores pueblos de pescadores, como Santa Luzia, en Tavira, o ya al final, el pequeño y delicioso puerto de Sagres.
En su extremo oriental, el Algarve continúa ofreciendo playas para todos los gustos, y especialmente para familias, entre las que destacan las de Barril, Tavira, Rota Manta y Altura, todas con bandera azul. A bordo de un pintoresco trenecito que recorre la marisma de la Ría Formosa podemos llegar a la playa de Barril, que cuenta con todas las infraestructuras necesarias, restaurantes e incluso un centro para los más pequeños.
La playa de Ilha de Tavira se extiende hasta donde alcanza la vista, sus aguas son tranquilas y cuenta con buenas instalaciones. Una calma deliciosa, unas aguas cálidas y playas que se suceden durante 16 kilómetros, hacen de Manta Rota, en Monte Gordo otro lugar muy recomendable.
Fotografía: Rui Ornelas
Al otro extremo, en la Costa Vicentina, sus playas son verdaderas joyas de la naturaleza. La de Odeceixe, en la desembocadura del río de mismo nombre, aparece rodeada por acantilados. Pero es una amplia playa de arena fina, con el agua del mar formando pequeñas lagunas durante la marea baja.
Pujante destino turístico, Portimão tiene, además de una amplia gama de actividades para todos los gustos e intereses, algunas de las mejores playas de la región. De aguas tranquilas, la playa de Vau ofrece una amplia variedad de actividades divertidas y saludables. Três Irmãos aparece custodiada por rocas que, cuando baja la marea, permiten a los visitantes caminar a través de la vecina playa de Prainha.
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