Fotografía:Palio di Siena
Representan una de las fiestas con más tradición de toda Italia. La carrera que consiste en dar tres vueltas a la plaza, y que se celebra dos veces al año, dura escasos segundos pero su recuerdo perdura.
La Piazza del Campo, como se llama la gran plaza donde se celebran, el 2 de julio y el 15 de agosto, las carreras de caballos, se engalana para la ocasión con elementos medievales, emulando a aquellas que ya se realizaran durante los siglos XII y XIII, y que se han seguido celebrando hasta nuestros días.
Fotografía:dolanh
Tras unos pocos minutos , el jinete vencedor será aquel que gane el ansiado Palio, una especie de estandarte hecho de seda con reminiscencias antiguas y de gran tradición. Cada jinete pertenece a una contrada, algo así como una circunscripción o barrio. Cada una tiene su iglesia y, antaño, preparaba a los jóvenes para el ejército. Cada contrada intenta rivalizar con las otras y esa rivalidad se lleva a la plaza y a la competición.
Los caballos son montados ‘a pelo’ y, cada año, el recinto se llena de miles de turistas (70.000) que admiran esta demostración de arrojo y valentía. Pero la fiesta arranca mucho antes. Durante la época estival, de julio a agosto, los habitantes de Siena viven como nadie estas tradiciones populares. Un día antes de celebrarse las carreras, se celebra el ‘paseo histórico’, con los ‘mazzieri’, ‘figuranti’ y caballeros, junto con las comparsas de cada contrada, que engalanan el desfile con los colores propios de cada barrio.
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