El macizo de Monte Perdido (3.355 m.), con las cimas de las Tres Sorores, se enseñorea majestuoso. Desde aquí derivan los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín. La de la torre de la iglesia de San Salvador de Torla indica el principio, recortada sobre el fondo de la pétrea mole del Mondarruego.
En estos lugares, antes de la invención del turismo y de la invasión de los turistas, el hombre que habitaba estas montañas ha ido dejando su huella, trazando senderos y caminos, construyendo puentes, cabañas, mallatas, aprovechando los bosques y pastos para el ganado.Las casas muestran una arquitectura típica del Alto Aragón.
Al final de la carretera asfaltada está la Pradera de Ordesa, inevitable punto de partida de los diversos itinerarios. Uno de ellos nos descubre, sin mucho esfuerzo, algunos de sus más deliciosos secretos: el desplome de las aguas del río Arazas.
Es recomendable acudir al centro de recepción de visitantes El Parador. En él se ofrece información detallada y precisa sobre la ruta. Siguen los caminos ascendiendo en busca de otros saltos de mayor envergadura, como el del Estrecho, con cien metros de caída repartida en dos pisos. El sendero alcanza entonces la amplia llanura glaciar de Soaso, cerrada por altas paredes de roca.
Tras dos horas y media de recorrido, el camino acaba a los pies de los picos Cilindro, Monte Perdido y Sound de Ramond. Entonces el torrente ruge atronando los oídos. Las aguas del río Arazas se desploman sin miedo por la cascada de la Cola de Caballo.
Más información| Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Ordesa, Ordesa Pirineos