Fue en el año 2006 cuando la catarata de Gocta, considerada como la tercera más grande del mundo con sus 771 metros, se dio a conocer al mundo gracias a investigadores alemanes.
En el lugar existía la leyenda de una sirena rubia de extraordinaria belleza, que según cuentan devora a los hombres que quieren llevarse su vasija de oro.
Además a la hermosa mujer rubia con cola de pez la protegía una serpiente gigante, esta leyenda alejaba a la gente de ir al lugar donde se sitúa la Chorrera.
Otra historia que cuenta la desaparición de Juan Mendoza, un habitante del lugar que fue víctima de un encantamiento de las rocas gigantes que están tras la catarata.
Perdida en la selva amazónica de Perú y protegida de la mirada de extraños por las leyendas, se escondía este entorno salvaje desde donde el agua se desploma desde un risco en caída libre.
Para llegar a la catarata hay que pasar por terrenos difíciles, está lleno de altibajos, desniveles y precipicios. Allí no llega el sol, la humedad es extrema y los vientos huracanados invaden el terreno, pero el ruido del agua nos acompaña todo el camino.
En esta zona de la selva vivieron entre el año 1.000 y el 1.400 los chapapoyas, un pueblo que destacó por su resistencia a los intentos de conquista realizados por los incas. Se puede visitar una fortaleza prehispánica, Kuelep, que es el mayor atractivo de esta región.
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