Según un estudio realizado por el Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC ) y que se ha presentado en el Colegio Oficial de Médicos de Cádiz, dicen que “pese al mito de que el consumo de cerveza produce distensión abdominal, las conclusiones del presente estudio indican que un consumo moderado de esta bebida fermentada de baja graduación alcohólica no provoca aumento de peso ni modificaciones en la composición corporal”.
O lo que es lo mismo, una cerveza bien fresquita “no engorda”, pero hay que tener en cuenta que lo que sí engorda es la tapita que la suele acompañar.
La investigadora señaló que cuando hablan de consumo moderado se refieren a una lata de cerveza (tradicional o sin alcohol) al día para las mujeres y dos para los hombres.
Nos recuerdan que “el consumo moderado de cerveza puede formar parte de una alimentación saludable, siempre que nos refiramos a adultos sanos, debido a las propiedades que les confieren tanto su baja graduación alcohólica como las materias primas con las que está elaborada (agua, cebada y lúpulo).
El estudio se ha realizado en un grupo de unos 50 voluntarios, durante 10 semanas, en las que todos los voluntarios siguieron sus hábitos normales de vida y alimentación. La única modificación introducida fue el consumo de bebidas habituales y la ingesta de cerveza tradicional o sin alcohol.
En otro estudio de “La cerveza y la obesidad” dicen que es improbable que una ingesta moderada de cerveza este relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice de cintura cadera, mas bien se debe a otros factores como el estilo de vida sedentario, los hábitos alimentarios incorrectos, etc …
Vía | diario de cadiz