Aunque las 51 piezas que integran esta exposición forman parte de los fondos permanentes de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, en Málaga, es la primera vez que se exhiben de forma conjunta y única con el objetivo de explicar la relación del artista malagueño tanto con el mundo antiguo como con el entorno mediterráneo.
Con el título Picasso y el Mediterráneo, la muestra, que estará abierta hasta el próximo 6 de junio en la Sala de Exposiciones de la CAM, agrupa cerámicas, grabados y libros ilustrados que, a través de seis secciones, repasa las diversas modalidades de los temas mediterráneos en la producción del artista.
La exposición se articula en seis secciones: Expresiones del mundo antiguo, Celebración mitológica, El esplendor de los cuerpos, Tiempos de playa, Fauna mediterránea y Paisajes. Todas estas secciones juntas definen la imagen del Mediterráneo más clásico de uno de los creadores más universales de la historia del arte.
Grabados como Salomé o La danza bárbara, ambos de 1905, recuerdan los modelos escultóricos griegos, mientras que otros, como Las tres bañistas II, El ensayo o Tres desnudos de pie, con esbozos de rostros, rememoran el canon de belleza grecolatina. Siempre bajo los ojos de Picasso.
Entre las cerámicas destacan las obras Cabeza de cabra de perfil, un plato redondeado elaborado con arcilla blanca bajo superficie parcialmente vidriada, y Escena en la playa, una fuente convexa y realzada con reservas de parafina oxidada y vidriada.
Picasso siempre mantuvo una estrechísima relación con la playa y con el mar Mediterráneo, así como con su fauna, como lo refleja también la obra Pez o Gran Pez, un plato de cerámica en arcilla blanca con decoración en relieve.
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