Cada zona o cada barrio tiene sus rutas para el tapeo. Pero aún quedan en el centro de Madrid algunas tabernas que resultan ineludibles, y en las que disfrutar desde las especialidades más castizas a los pinchos más creativos. Y siempre con la mejor cerveza de grifo (tirar bien una caña es casi un arte) y con los mejores vinos de todo el país. Cuesta coger sitio, pero cuando se encuentra un hueco, las horas pasan volando.
Una de las tascas más conocidas de Madrid por su tradición e historia es Casa Labra. Llevan al pie del cañón desde 1860. Está situada a un paso de la Puerta del Sol, y además de por sus pinchos de bacalao rebozado, es famosa porque aquí se fundó clandestinamente, un 2 de mayo de 1879, el PSOE.
A dos pasos de la Plaza Mayor, a un lado de la plaza de Puerta Cerrada, se encuentra Casa Paco, con más de ochenta años a sus espaldas. En su barra perviven tapas como los tacos de chicharrones o de queso manchego curado, los pinchos de escabeche, acompañados con un vino de Valdepeñas.
Desde Puerta Cerrada podemos continuar la zigzagueante ruta de las tapas por el barrio de La Latina. Casa Lucas es pequeña taberna en la que disfrutar de una caña bien tirada o un vino escogido para acompañar cualquier opción de su buena carta de tapas creativas. Otra buena elección es La Camarilla, de ambiente bullicioso y alegre, que ofrece propuestas sugerentes en su amplia variedad de pinchos.
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