Una costumbre bien argentina es reunirse con familiares y amigos a comer, tanto en bares y restaurantes como en la comodidad de los hogares. Cuando esto sucede, no puede faltar la habitual picadita que acompaña las largas charlas en la mesa.
Se llama “picada” a un aperitivo típico de la cocina argentina, compuesta de variados alimentos servidos en pequeñas cantidades. Este plato se asemeja mucho a las tapas españolas que se sirven entre las comidas principales, con la diferencia de que los comestibles en las picadas no tienen una gran preparación ni se sirven en platos individuales, ya que los comensales comen todos de la misma bandeja.
Este plato se denomina así, porque las personas pueden tomar lo que quieran de la bandeja con las manos o con tenedores, esto es llamado comúnmente “picar”. También se acostumbra a acompañar este sencillo y sabroso plato con bebidas, generalmente alcohólicas, como la cerveza.
Los ingredientes para hacer una picada varían según la cantidad de personas que van a comer o los gustos personales. Generalmente están compuestas por cuadraditos de queso y jamón, maní, papas fritas, aceitunas verdes y negras, salame, morcilla, mortadela, milanesas cortadas en trozos, albóndigas, pickles, y a veces se suelen agregar casuelas con alimentos calientes, todo esto acompañado con pan.
Por otro lado, actualmente las picadas pueden estar compuestas por alimentos mucho más complejos como los mariscos, palmitos, champiñones, camarones y huevos de codorniz, entre otros. Sin embargo, considero que la picada tradicional no sólo es fácil de realizar y servir, sino que es la excusa perfecta para reunirse con amigos y pasar un momento grato compartiendo una comida tan argentina como nosotros.