Fotografía: Juandesant
La industria del hielo antes del surgimiento de la electricidad estaba comprendida por un proceso muy intrincado, realizado en establecimientos especiales para este trabajo. Hoy en día, dichos lugares en su mayoría ya no existen, pero los que todavía quedan en pie han sido reformados para trabajar como museos y recordar las tareas que realizaban los especialistas del rubro: los neveros.
Uncastillo, en Zaragoza, España, posee el Museo del Hielo, uno de los pocos sitios utilizados en su momento para el almacenaje de nieve y que ahora se ha transformado en un establecimiento que se dedica a rememorar las tareas y elementos utilizados para la fabricación del hielo, su colecta, venta y consecuente distribución.
Para los interesados en la historia, tienen que saber que desde el siglo XVI tanto en España como en Europa en general se masificó la utilización del hielo, motivo por el cual en muchas ciudades se construyeron pozos de hielo para su producción a gran escala. Los neveros eran los encargados de ir a las cumbres a buscar nieve, la cual era almacenada en pozos de seis metros de profundidad, formando capas prensadas de cincuenta centímetros de espesor que después eran cubiertas y separadas con paja.
Una vez almacenado el hielo hasta el verano, era cortado en bloques y enviado en viajes nocturnos a diversos puntos de ventas y distribución. Si eres un amante de la historia no puedes perderte la visita al Museo del Hielo en Uncastillo, Zaragoza, donde encontrarás toda la información necesaria para alimentar tus conocimientos acerca de una industria desaparecida por el uso de la electricidad.