Cerca de sharia Salah Salem se encuentran las huellas de la época cosmopolita de Alejandría, con la sinagoga, las catedrales copta, ortodoxa, católica y anglicana, además de la mezquita Attarine. Al azar de los paseos se llegará a las famosas pastelerías alejandrinas (Trianon, Athineos, Délices), muchas de las cuales han perdido encanto en aras de la modernización y el aire acondicionado.
Pero siguen siendo uno de los recuerdos más claros de la ciudad de otro tiempo. En algunos de ellos un viajero voluntarioso podrá sentir la presencia de Cavafis, que frecuentaba algunos de estos cafés-pastelerías.
Pero Alejandría no es una ciudad anclada en el pasado. Es el mayor puerto del país y realmente es su capital durante los meses de verano, cuando sus playas se llenan con decenas de miles de egipcios y el Gobierno se traslada huyendo del calor de El Cairo. Sí, al final se puede pensar que el proyecto de la nueva Biblioteca es la muestra de que se puede avanzar en el mundo con los pies bien firmes en la historia.
Además Alejandría es el lugar de Egipto donde comer pescado y marisco, y donde abundan los restaurantes griegos (además de la típica cocina egipcia). En Fish Market (en la Corniche) se elige el pescado y se paga al peso y sirve alcohol.
Para un café, rápido, cualquiera de los locales de Brazilian Coffe Stores. Las pastelerías (cargadas con abundante mística literaria) exigen a veces una consumición mínima, pero son una visita imprescindible; entre ellas: Délices (entre la plaza y la calle Sa’ad Zaghloul), Trianon y Athineos (en Ramleh).
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