Estando en la ciudad de Jerusalén, son muchos los lugares para visitar, asombrarnos y disfrutar, tanto de la historia como de las tradiciones. Un lugar digno de ser visitado en el Domo de la Roca, una mezquita que ocupa un lugar privilegiado en la cultura y la historia de la arquitectura del Islam.
Se dice que su perfección se debe al talento demostrado por diversos constructores que la construyeron como un santuario, siendo el tercero del Islam.
Su construcción fue hecha por el califa ‘Abd al-Malik y es realmente asombroso ver como el edificio cubre la roca que representa la cima del Monte Moria, donde dice la historia que Mahoma realizó a través de una visión, un viaje al cielo.
Una arcada circular y cuatro pilares que se encuentran separados por tres columnas sostienen el tambor circular y que también sostiene la estructura de la cúpula doble.
La altura de la cúpula es igual al diámetro de su parte central y las naves exteriores son octogonales y solamente llegan hasta la mitad, estando divididas por arcos y columnas.
Una muy compleja geometría ha dado a este espacio una disposición que las interrelaciones con el resto del lugar. En cuando a la decoración, la parte central de El domo de la Roca se encuentra cubierto de mosaicos que tienen grabados motivos vegetales en donde se resaltas el dorado y el color verde.
Ya en la cúpula podremos apreciar que la misma ha sido dorada en su parte exterior y pintada a mano por dentro.
La decoración interior, se conserva totalmente completa, pero la parte exterior que posee azulejos y aluminio dorado fue una renovación que se realizó en el siglo XVI, por el hecho de haberse deteriorado el primer mosaico exterior.
Junto con la adición de revestimientos de mármol en las arquerías, la decoración interior se conserva completa, pero la actual epidermis exterior de azulejos y de aluminio dorado es una renovación del acabado hecho por los otomanos en el siglo XVI.