Fotografía: Dalbera
No hace falta descubrir los encantos de una ciudad como Venecia. Es uno de esos lugares que se deberían visitar al menos una vez en la vida y es que muy pocos pueden decir que no han disfrutado visitando la ciudad, sus museos, sus salas de arte y el encanto de los canales con las gondolas paseando arriba y abajo.
Pero nos queremos centrar en uno de los lugares más artísticos de la preciosa ciudad italiana, el Palacio Grassi, al que también se le conoce con el nombre de Palacio Grassi-Stucky, un impresionante edificio construido en mármol blanco que vemos cuando paseamos por el gran canal de Venecia.
Diseñado y pensado por Giorgio Massari tardó casi 25 años en construirse. Fue en el siglo XVIII, exactamente entre los años 1748 y 1772 y se hizo por encargo de una familia boloñesa de origen pero que querían disfrutar de este palacio en Venecia, los Grassi.
Fotografía: PAVDW
Es fácil de reconocer ya que se encuentra entre edificios bastante anteriores de estilo entre los que hay algunos de los más bellos de los estilos bizantino y barroco mientras que el Palacio Grassi se distingue más por su estilo enmarcado dentro del clasicismo académico y se crea un contraste bastante grande cuando se ven varios de estos edificios juntos pared con pared.
Cuando en 1840 la familia Grassi decidió venderlo, empezó pasando de mano en mano hasta que en 1983 (casi 150 años más tarde) se hizo con él, el grupo FIAT que lo ha convertido en una impresionante sala de exposiciones de las artes visuales que aún sigue vigente hoy en día.
Además, no es una sala de exposiciones cualquiera, sino que ha albergado obras tan importantes entre sus paredes como algunas de Brunelleschi o incluso 150 óleos de nuestro Salvador Dalí. Verdaderas obras de arte que podemos disfrutar dentro de otra obra de arte de mayores dimensiones, el Palacio Grassi.