El parque del Palacio de Nymphenburg, tiene una extensión aproximada de 800.000 m.. A lo largo de un período de casi doscientos años, los electores y los reyes de Baviera dejaron numerosos vestigios, aquí se asocian arquitectura y diseño de parques con una armonía fuera de lo común.
Con una bella simetría, los recintos limitados por setos, los ejes visuales, las rectas avenidas, los pilones y parterres constituyen un telón de fondo ideal para la diversión cortesana. En el verde parque se escondían deliciosos lugares ideales para escapadas amorosas.
El Badenburg, un opulento templo de baños de dos pisos, es la primera piscina cubierta climatizada de la época moderna, con más de un metro de profundidad. Las paredes de la planta principal están ejecutadas en un esplendoroso mármol estucado. Por encima del nivel del agua, las paredes están recubiertas con azulejos “holandeses” azules y blancos.
El Amalienburg, es un palacete de caza de color plateado y azul, está diseñado con el sutil refinamiento del Rococó. La función del edificio queda patente en su rica ornamentación plástica. Se utilizaba como palacio de caza para la caza del faisán, y destacan un salón de espejos y la caseta de perros de caza.
El Pagodenburg, de planta octogonal, con dos pabellones de cuentos de hadas, rinde tributo a la moda de la chinoiserie que predominaba a mediados del siglo XVIII.
A comienzos del siglo XIX, el principal paisajista muniqués a la sazón, Friedrich Ludwig Sckell, transformó meticulosamente las áreas laterales del parque en un jardín paisajístico inglés con caminos elegantes y efectos pintorescos, a fin de que el paseante “se vea sorprendido a menudo por la cambiante belleza del entorno”
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