Turín sabe mantener sus esencias, pero eso no le impide enfrentarse al futuro. En los últimos años se ha embarcado en un proyecto total de cambio urbanístico: cambian los ejes de la ciudad, se construyen nuevos edificios (el empuje de los Juegos Olímpicos de 2006 fue decisivo) y se le da la vuelta a los antiguos.
El primero es Lingotto, la antigua fábrica de FIAT que Renzo Piano ha reconvertido en un centro de tiendas, cines y dos hoteles Méridien muy atractivos.
Pero lo mejor se encuentra en la azotea, famosa por la pista de pruebas de coches de forma oval, donde se experimentaba con los coches que se fabricaban allí mismo. Allí también está la Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli, la galería de arte de los antiguos dueños de la fábrica.
Justo enfrente de Lingotto se encuentra Eataly, un complejo ubicado en la antigua fábrica de vermú Carpano y dedicado a la gastronomía italiana, donde es posible encontrar restaurantes, bares y tiendas de productos típicos.Nombres como Pininfarina, Bertone, Giugiaro y Alessi han llevado a la industria la pasión del trabajo artesanal bien hecho.
El segundo ejemplo de la renovación de Turín a través del diseño, el arte y la arquitectura es la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, un centro cultural alternativo en un edificio completamente blanco.
Y otro caso realmente sorprendente de cómo la arquitectura es capaz de cambiar la vida de un barrio es la iglesia de Santo Volto (via Valdellatore 11), obra de Mario Botta terminada en 2006 y levantada en un barrio en el que hasta hace poco sólo había estructuras industriales.
Más información | Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli, Eataly, Fondazione Sandretto Re Rebaudengo,