Cuenta la leyenda que el reino fue fundado por un héroe llamado Manco Khapaq y por su esposa Mama Oqllu, cuyos orígenes se confunden con los de los apus y los dioses tutelares de su mitología, después de tener varios gobernantes fueron liberados por un nuevo héroe llamado Pachakutec Inca Yupanki. Así se inició la formación del imperio de los incas y en esas circunstancias fue como se construyó Machu Picchu.
Según los arqueólogos en la primera fase de construcción ” la Provincial” de la zona la arquitectura y las demás artes no se habían desarrollado más allá de los límites domésticos que sustentaban una forma de vida local y básicamente aldeana. La manufactura era de configuración simple y de aspecto tosco, sin gran diferencia entre una vajilla ordinaria y una elegante.
En la segunda fase “Imperial”, empieza a cambiar el aspecto de los utensilios, notándose la diferencia entre la clase popular y la clase alta. Así también se nota el cambio en las construcciones de edificios públicos y sagrados lujosos, caminos empedrados y graneros para almacenar, etc.
En esta segunda etapa es cuando se crea la ciudad, asociada a la suntuosidad del imperio Inca.
Si Machu Picchu fue la “casa” del Inca, llamado Patallacta, debió de haber sido construida durante su largo mandato a comienzos del siglo XV, unos 100 años antes de la llegada de los españoles. Según dicen los relatos antiguos, estas residencias eran usadas por los propios incas para su solaz y descanso mientras vivían. Estaban dotadas de todos los recursos necesarios para vivir sin depender del exterior, con sus propios campos de cultivo, ganado y talleres.