En nuestra ruta particular por Siria, y después de hacer parada y fonda en Krac de los caballeros, una de las fortalezas cruzadas mejor conservadas del mundo, patrimonio de la humanidad, damos un salto hacia la Isla de Arwad, tierra de pescadores con sabor mediterráneo.
Arwad es la única isla de Siria, situada a unos tres kilómetros de Tartús, hoy, lugar turístico, por excelencia, en el que no faltan lugares recoletos donde pasar una velada a la luz de las velas. Aún así, Arwad posee el encanto de otras islas mediterráneas menos masificadas y que conserva con gran ahínco sus tradiciones.
Llamada Aradus, en tiempo de los Cananitas, se convirtió en reino independiente y supo resistir las afrentas de ejércitos enemigos durante años, en época antigua. En la actualidad, en sus angostas calles prevalecen vestigios bastante bien conservados de su otrora prestigio.
Ejemplo fidedigno de la presencia de los Templarios ha sido y es su fortaleza, uno de los bastiones inexpugnables, recurso de las cruzadas como isla-puente, en su intento de recuperar Tartús (Tortosa), conquistada por los mamelucos en el siglo XII.
El segundo puerto más importante de Siria, tras Latakia, se sitúa en esta isla, en cuyos alrededores abunda el pescado fresco y una infinita variedad de platos cocinados con productos de mar.
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