Ahora, que en casi toda España estamos padeciendo una ola de frío de las que dejan huella, me han venido al recuerdo unas imágenes captadas el pasado año en Valaste, al norte de Estonia. Esta sorprendente cascada, con unos veinte metros de caída, es la de más altura de todas las ciudades bálticas. Precisamente, en esta época ya invernal, y durante los próximos meses, las gélidas temperaturas transforman el paisaje, convirtiéndolo en casi fantasmal.
Las olas congeladas crean figuras imposibles, extrañas formaciones que son fotografiadas todos los años por aquellos que la visitan, y que han propiciado una sólida infraestructura turística y hotelera.
Para poder observarlas con mejor detenimiento, se ha instalado una escalera de caracol situada justo al lado del salto de agua además de otros servicios, como tiendas de sourvenirs y pequeños restaurantes que funcionan a lo largo del año.
Aquí os dejo otro video de la famosa cascada.
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