Ubicada en la villa de El Toboso, en el extremo sureste de la provincia de Toledo, esta localidad es un punto imprescindible en cualquier recorrido tras los pasos de don Quijote. La vivienda que hoy se presenta como cuna de Aldonza Lorenzo, más conocida como Dulcinea, es en realidad una casa manchega de hidalgo que mantiene parte de su estructura original del siglo XVI.
Podremos ver, así, un molino, una bodega, patios y corrales de la época. En el interior de las estancias se disponen aperos de labranza, útiles para fabricar quesos, grandes tinajas para el vino y, en el patio, una gran prensa de aceite. El edificio es conocido también como “Casa de la Torrecilla” por la pequeña torre que lo corona.
No podemos irnos sin visitar su Museo Cervantino, en el que encontraremos una amplia variedad de ediciones del Quijote en diversos idiomas. Para empaparnos bien de la cuidad, lo mejor es pasear también por los monumentos de esta localidad que se relatan en la universal historia de Cervantes: la iglesia de San Antonio Abad, la Plaza Mayor o el convento de las Trinitarias.
Si en El Toboso tenía su cuna la amada de don Quijote, en Esquivias estaba la de su creador, Miguel de Cervantes, y allí vivió algunos años con Catalina de Palacios. El elemento que más directamente nos recuerda el transitar del ingenioso hidalgo es la Casa-Museo de Cervantes, una típica casona del siglo XVI que perteneció al hidalgo Alonso Quijada Salazar, en quien pudo inspirarse Cervantes para crear a su universal personaje.
Más información| Oficina de Turismo de El Toboso , Ayuntamiento de Esquivias