El tren de las nubes en Salta

13 diciembre, 2009
Fotografía. Alicia Nijdam

Fotografía. Alicia Nijdam

La provincia de Salta, en Argentina, además de tener una belleza de paisajes indescriptibles, mezclada con su historia de influencias incaicas y españolas,  posee una atracción que todos los que visitan la provincia desean conocer, se trata del famoso tren de la nubes.

Este es un viaje de 217 kilómetros de recorrido que serán inolvidables, se inicia en la ciudad de Salta (1187 metros sobre el nivel del mar) capital de la provincia, y hace su primera parada en Campo Quijano, localidad que se encuentra en el Valle de Lerma, siendo el acceso más rápido hacia la Puna, por ello también se lo conoce con el nombre de Portal de los Andes.

El tren sigue su viaje con movimientos de zig-zag y pasamos por el Alisal, que se encuentra a 1800 metros sobre el nivel del mar y va ganando altura, pasamos también por  Chorillos nuevamente realiza un movimiento de zigzag y continúa ascendiendo.

Fotografía: Galio

Fotografía: Galio

Llegamos a las ruinas de Santa Rosa de Tastil, allí están conservadas más de 400 construcciones hechas de piedra, las Piedras Sagradas de Tastil formadas por 4800 piedras, que según se dice tienen motivos mágicos dibujados  y las personas del lugar le piden a las divinidades por la abundancia y la fertilidad de la tierra.

Ya cerca de la Sierra del Cobre, llamada así por el mineral que la compone, nos encontramos a una altura de 3775 metros sobre el nivel del mar y llegamos a San Antonio de los Cobres, realizamos una parada y encontramos los artesanos que fabrican ropa de lana y fibra de alpaca, vicuña y llama, verdaderas bellezas para comprar y llevar de recuerdo.

Una vez que arribamos a Mina Concordia la locomotora cambia de posición y queda lista para su regreso a Salta por el Viaducto de la Polvorilla a 4200 metros de altura.

Tanto en el trayecto de ida como el de regreso el paisaje es majestuoso e inolvidable, no en vano le llaman el tren de las nubes pues durante todo el trayecto parecería poder hacerse realidad el sueño de tocar el cielo con las manos.

Un viaje lleno de vertiginosa velocidad, con un paisaje majestuoso de una naturaleza aún virgen que está allí para que podamos conocerla y disfrutarla.