Todo empieza en Ushuaia. Allí se salta a un barco que recorrerá el canal de Beagle y luego pasará junto al mítico cabo de Hornos antes de enfrentarse a las corrientes traicioneras del Pasaje de Drake, donde se encuentran (afortunadamente sólo a veces) las aguas más turbulentas y peligrosas del mundo.
Deception Island no responde a la imagen esperada: no hay glaciares ni montañas de hielo. El cráter de un volcán que mantiene su actividad hace que posea una temperatura muy superior a la de otras islas cercanas. Además, en Deception Island es posible cumplir con el sueño imposible de bañase en las aguas del océano Antártico.
Nos acercamos a diversos lugares de la Península Antártica. El paisaje es más variado y más agreste que en el resto de la Antártida, la costa es irregular, las montañas surgen directamente desde el mar y abundan las playas y los puertos naturales libres de hielo. Por eso mismo aquí están muchas de las estaciones científicas que diferentes países han instalado en la Antártida. La única presencia humana.
Como en Wiencke Island, donde se desembarca en la antigua base británica de Port Lockroy, convertida ahora en museo que permite revivir las condiciones de vida de los investigadores. Más al sur todavía se llega a la base ucraniana Akademik Vernadsky, en la isla Galíndez, donde se encuentra el bar abierto al público más meridional del mundo. En esta base en1985 se descubrió el agujero en la capa de ozono.
Pero alrededor del barco permanecen los campos de hielo, el viento, las focas, las ballenas y las aves marinas. También, como en pocos lugares del mundo, la soledad y el silencio.
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