Lamu es una auténtica reliquia de la cultura swahili y la ciudad más antigua de Kenia. Parece milagroso que haya conservado sus originales edificios algunos de más de 600 años de antigüedad.
En sus estrechas callejuelas se mantiene viva la huella de los navegantes árabes, persas, chinos, hindúes, portugueses y los traficantes de esclavos que durante siglos la frecuentaron. Las dunas de arena blanca se deslizan al borde de la isla, mientras que en el interior abundan las plantaciones de mango y coco.
A sólo dos kilómetros de Lamu, se llega a la aldea vecina de Shela, conocida por su idílica playa de Jadini y sus antiguas mezquitas. Uno de sus lugares más conocidos es el hotel Peponi, que en lengua swahili significa «lugar de reposo y quietud».
Al atardecer las gentes de la isla acuden a su terraza para contemplar la magnífica puesta de sol y la danza de los faluchos que, con sus velas triangulares henchidas por el viento, regresan en comitiva al puerto de Lamu.
Los isleños tienen por filosofia de vida la relajación y el buen hacer. Tanto es así que tienen muy en cuenta un sabio proverbio swahili: «Deja para mañana lo que puedas hacer hoy, y si es para más tarde, mucho mejor», bien distinto de nuestro ” no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
A la isla llegan turistas amantes del submarinismo, la pesca deportiva y el windsurf que desean pasar unas vacaciones exóticas.
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