Houston, no problem

2 julio, 2014

Houston

Cuando me invitaron a asistir a una Convención Internacional en Houston, lo primero que pensé fue ¿qué hay para ver en Houston? Me imaginaba unas tierras áridas y mucho calor… eso y el Centro Espacial.

En lo del calor acerté, hace mucho, al menos en el exterior, porque los tejanos, sean oriundos o inmigrantes, tienen la costumbre de poner el aire acondicionado a tope, así que en la calle te asas y en el interior de los sitios te congelas.

Por cierto, nada de tierra árida, es una llanura frondosa, llena de vegetación y muy bonita. Fue lo primero que me sorprendió gratamente mientras sobrevolamos los alrededores de Houston a nuestra llegada.  Lo segundo fue la hospitalidad sureña. Me enamoré de su carácter abierto, generoso y espontáneo del saludo tejano y del grito ¡Yihha! No nos dio tiempo de ver demasiadas cosas, así que solo destacaré tres:

El hotel donde nos alojamos: El Hyatt Regency. Ubicado en el downtow, la zona de negocios. Las instalaciones, el servicio y sobre todo el trato de los empleados, exquisito hasta el extremo.

George Ranch Historical Park. Un museo de 423 acres donde se explica la historia de Tejas y su evolución desde los tiempos de los buscadores de oro (aunque aquí nunca hubo, solo lo digo para fechar el periodo) hasta los tiempos modernos, siguiendo la historia de una familia. Se ha conservado una casa de cada época y los trabajadores del museo representan el papel de los moradores, ataviados con las ropas correspondientes. Como parte de la visita nos enseñan un rodeo a pequeña escala, como tumbaban y marcaban a las reses y vemos entre los troncos a orillas del lago una cría de caimán. Es aquí donde me compro mi sombrero vaquero… ¡Yihhaaaa!

Barbacoa tejana… wow! Si venís aquí tenéis que probarla. La carne se separa sola del hueso de las costillas, y la salsa… la salsa devuelve la vida a un muerto, eso en cuanto a la carne, que se derrite en la boca pero si hablamos de los pasteles caseros, ayyy, solo de pensarlo se me llena la boca de saliva, dulces, cremosos, contundentes, aromáticos… en fin, que por ganas me hubiese quedado allí otra semana por lo menos.

Nunca se sabe, la vida da muchas vueltas, mientras tanto, que me quiten lo bailado.

Guía de viaje | Houston