Viajar a Alaska en verano (1)

10 agosto, 2012
Alaska

Fotografía de Jessica Spengler

Quien se imagina que Alaska sea una tierra fría donde no se puede vivir, toda llena de glaciares y vientos fríos cómo en la novela de Jack London, The Call of the Wild, se equivoca: en los meses de julio y agosto por aquí se pasea a través de la prados en flor, entre fiordos, lagos volcánicos, salmones rojos que suben contra las corrientes de los ríos mientras los osos les esperan en el agua con sus patas y ballenas gigantes que juegan en el agua.

Eso sí, por estas partes siempre se respira un “espíritu de frontera”, la vida es mucho más aventurera que en cualquier otro estado en los Estados Unidos, así como el ingreso per cápita es de los más altos de los EE.UU., gracias al bienestar que resulta de la industria minera, de la madera y de la pesca.

Los habitantes de Alaska se sienten un poco diferentes y decididamente separados del resto de los americanos, que ellos llaman “the Lower 48″, los 48 estados “inferiores”. Son más audaces, previsores, espartanos, grandes trabajadores y mucho más amistosos con todos.

La idea de viajar a Alaska es increíble, pero – a menos que optéis por un viaje organizado – necesitaréis planificarlo y es mejor hacerlo hasta un año antes, recogiendo toda la información pertinente para hacer una ruta, de manera que visitemos todos los sitios que nos resulten más interesantes.

Guía de viaje | Alaska