La ciudad de Barcelona esconde entre sus sombras una gran cantidad de sitios turísticos, monumentos históricos y escenarios emblemáticos que nos remontan a muchos siglos atrás. En medio de tantas posibilidades se encuentra La Rambla, uno de los paseos más concurridos por miles de turistas, quienes se aventuran en un tramo que comprende entre la Plaza de Cataluña y el puerto antiguo.
Antes de que Barcelona rompiese el círculo de sus murallas (en 1854), la ciudad era el hexágono del recinto del siglo XV, sin embargo, los tiempos han cambiado, y a día de hoy La Rambla forman parte del núcleo delimitado por las rondas de Sant Pau, Sant Antoni, Universitat y Sant Pere.
Fue hasta comienzos del siglo XVIII que todavía se veían caminos bordeados por murallas y conventos. Para 1704 se iniciaron las gestiones que levantarías casas en el espacio que alguna vez estuvo ocupado por dichas murallas, es decir, en los alrededores de la Boqqueria, donde se plantaron árboles y terminaron de derribarse allá por el año 1775. Con el paso del tiempo La Rambla se urbanizó y sus calles se convirtieron en una atractiva ruta de paseo.
La vía de La Rambla se inicia en la zona más alta de la Plaza de Cataluña, recorriendo por el principal centro neurálgico de la ciudad, y llegando al pie del monumento a Colón. Entre los nombres asignados podemos hacer mención a la llamada Rambla de Canaletes, que hace mención especial a la Fuente de Canaletes. La creencia popular asegura que beber de esta fuente es un imán para regresar a Barcelona.
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