Barcelona esconde entre sus sombras uno de los proyectos públicos más importantes de la década de los ochenta, estamos hablando del L’Auditori de Barcelona, un sistema estratégico que se construyó para la reorganización urbanística de la ciudad. Situado en el corazón de la plaza de la Glòries, adentrémonos en un recorrido por el interior de un centro cultural que goza de una variedad de salones para conciertos, exhibiciones y otras actividades artísticas.
Con el objetivo de crear un centro cultural capaz de incentivar el desarrollo urbanístico y fomentar la expresión cultural, el Auditorio de Barcelona ha conllevado a que se genere una nueva área de centralidad y movimiento situado en el noreste del centro histórico, específicamente entre L’Eixample y la Vila Olímpica.
El edificio del Auditorio de Barcelona se ha compuesto por un cuerpo con amplias dimensiones, en base a una plataforma que se ha alienado de acuerdo al trazado del Plan Cerdà. El ambiente es del todo alentador, alrededor de un patio central con una cubierta cúbica de cristal, añadiendo pinturas de Pablo Palazuelo.
Una de las características más sobresalientes del Auditorio de Barcelona gira en torno a la geometría regular de su construcción, que sigue la misma línea de las grandes salas clásicas acústicas del mundo. Los diferentes ambientes en el edificio comprenden una enorme sala sinfónica, una sala polivalente, una sala para música de cámara, el Museo de la Música y la Escuela Superior de la Música de Cataluña.
La sala sinfónica principal dispone de una capacidad para 2340 espectadores, en un escenario con más de 250 metros cuadrados y una magnífica puesta para orquestas sinfónicas, coros y obras de teatro.
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