Habría debido ser una obra temporal, pero resultó irresistible y probablemente seguirá siendo así para siempre. Estamos hablando del Kelburn Castle di Largs, un castillo del Ayrshire escocés del siglo XIII que en el año 2007 ha sido “modernizado”, por así decir.
De hecho, el dueño de la propiedad, Patrick Boyle, conde de Glasgow, decidió encargar el desarrollo de la parte externa a un grupo de artistas brasileños que cubrieron el castillo con vivaces grafitide todos los tipos que crearon el descontento entre la población del lugar.
El conde tranquilizó a todos diciendo que después de dos años todos esos dibujos horrendos, un insulto a la historia del castillo, iban a desaperecer. Pero enseguida la particularidad de la obra, una mezcla entre psicodélica de los años 70 e historia, se convirtió en un popular destino turístico. Así que Boyle ha decidido no tocar nada, e incluso los habitantes de la zona se handado cuenta de la importancia del castillo así “pintado”.
¿Será verdad o no? Juzguen ustedes mismos.