Fotografía: Wikipedia
Las ciudades europeas son una verdadera fiesta cultural y hay tanto para ver, que resulta muy tentadora la idea de querer comprarlo todo. Sin embargo, muchas veces no es necesario hacer estallar nuestro presupuesto y quedarnos en bancarrota. Por ello, presta mucha atención los consejos útiles que te ofrecemos a continuación.
Si eres un comprador compulsivo lo primero que deberás de tener en cuenta es que Europa es un destino muy costoso. Por tanto, deberás autoregularte en la medida que sea posible, elaborar un plan de gastos y un límite para cualquier posible exceso. De no ser así, créeme que la pasarás muy mal.
Tenemos los teatros de las principales ciudades de Europa, una experiencia muy grata y con los espectáculos más impresionantes que posiblemente hayas visto en tu vida. Aún así, la gracia y el gusto puede salir muy caro. Una de las opciones más recomendables es visitar los festivales y desfiles que suelen realizarse en las calles. Así por ejemplo, Ámsterdam, París o Londres cuentan con una serie de conciertos gratuitos al aire libre. Quizás la experiencia no sea la misma, pero te permitirá controlar tus gastos.
Por otro lado, es muy importante que nuestra actitud sea localista, pues en las ciudades muy pobladas abundan los estafadores y ladronzuelos que suelen ser un dolor de cabeza para los turistas. Le aconsejamos guardar bien el dinero y no usar sus mejores joyas cuando camine por tales lugares. No se deje engañar por el carisma y el ritmo acelerado de Europa, ya que los malandrines nunca dejarán de existir. Abra bien los ojos.