Salvaje, robusto y colorido, así es “la tierra del hielo y fuego” en Islandia, un país como ningún otro que luce sus mejores paisajes con hermosos contrastes de campos naturales y respiraderos de azufre. Asimismo, tampoco podemos olvidar las bahías y fiordos que forman parte de una costa con abundantes ríos y gigantescas cascadas.
Una gran isla nos aguarda en el Atlántico Norte, cerca del Círculo Polar Ártico. Islandia es uno de los países con mayor actividad volcánica en el mundo como su imponente volcán Hekla, situado al sur del país y que ha estallado hasta en 16 ocasiones. Es más, alguna vez fue descrito por los clérigos conservadores como la puerta de entrada al infierno.
Alrededor de las regiones costeras, Islandia es un bullicio de actividad, especialmente en la capital, Reikiavik, donde se concentra más de la mitad de la población nacional. Reikiavik se encuentra en una amplia bahía rodeada de montañas, en medio de una zona geotérmica de aguas termales que vale la pena echar un vistazo.
Se trata de una ciudad muy activa y que combina a la perfección la antigua arquitectura de madera y sus modernos edificios (el contraste es simplemente impresionante). A pesar de ser una ciudad relativamente pequeña, Reikiavik ha logrado forjar una reputación merecida. Esto puede reflejarse mejor en la concurrida de turistas a discotecas y bares que literalmente están llenos de hordas de amantes de buena diversión.
Por último, si usted prefiere el silencio y la tranquilidad, también es posible dar un paseo por sus parques naturales y apreciar la belleza de distintas especies de aves.